jueves, 16 de agosto de 2007

Un tema que no da para hacer bromas

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Como mis escasos (pero fieles) visitantes ya habrán advertido, generalmente me tomo las cosas con humor, y suelo elegir esa vía para expresar mis opiniones.
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Hay ciertos temas, sin embargo, sobre los que no tengo estómago para hacer chistes.
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La historia de un tipo encargado de cuidar chicos discapacitados, que en lugar de cuidarlos abusa sexualmente de ellos, es uno de esos temas.
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La extrema gravedad de los delitos cometidos por Mario Ochoa -cuesta imaginar una mente más perversa- no es sin embargo el objeto de estas líneas, pues hay algo que me resulta aún peor, más grave, y más perverso: La actitud de los jueces que lo dejaron libre por unos días.
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Que un Tribunal encargado de impartir justicia haya permitido a este sujeto conservar su libertad con la sentencia condenatoria ya dictada (y aunque es cierto que todavía no se encuentra firme) me demuestra algo terrible: Que muchos de los jueces a los que estamos sometidos, a quienes confiamos nada menos que la sublime misión de restablecer la justicia y la seguridad allí donde éstas han sido quebradas, viven en una nube de gas -adviértase mi delicadeza expresiva-, totalmente alejados de la realidad, e indiferentes a lo que ocurre en la sociedad que integran.
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El hecho de que Ochoa haya aparecido -tras revocarse la vergonzosa decisión inicial de dejarlo libre- no me consuela en lo más mínimo, pues eso hay que agradecérselo a la suerte, a la providencia (o a lo que cada uno quiera creer), y de ningún modo a quienes debían garantizarnos -para eso cobran- que la posibilidad de fuga no existiría, como existió.

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Sin intenciones de agotar el tema en estos breves párrafos, creo que el origen de este tipo de decisiones -que por desgracia abundan en nuestro país- radica lisa y llanamente en la imbecilidad de muchos de los jueces involucrados, que en lugar de recurrir al sentido común, a la sensatez, a la experiencia, se dejan atrapar por ideologías y pseudo-dóctrinas enfermas, defecadas por gente que se autodenominada "intelectual", que nada tienen que ver con la realidad, y que responden -por ello mismo- a un mundo de fantasía, que no existe ni existirá jamás.
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El problema de esta clase de jueces, como los que le dieron a Ochoa una innecesaria chance para escapar, es que no se ponen en el lugar de la víctima. Más aún, les interesa un pepino la víctima. No la consideran propia, sino un elemento más de los expedientes que manejan. Se muestran más preocupados por redactar preciosismos jurídicos que les permitan "lucirse" frente a sus pares (y posteriormente ser citados por otros adscriptos a la "academia" garantista), que por hacer justicia.
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El máximo exponente de esta "corriente" (por llamarla de algún modo) es el Dr. Raúl Zaffaroni, quien -para verdadero castigo de los ciudadanos argentinos- ha sido premiado por su colección de fallos vergonzosos, con un lugar en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
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Cuando aún era camarista, este sujeto protagonizó un fallo trístemente célebre, al encontrar toda clase de atenuantes (tan estúpidos como que la 'luz estaba apagada', que 'el delincuente se muestra arrepentido', etc, etc) para bajar la calificación del delito y reducir la graduación de la pena, al encargado de edificios Ernesto Tiraboschi, cuyo delito "menor" había consistido en obligar ¡ reiteradamente ! a una menor de ¡ siete años ! a practicarle ¡ sexo oral !, obligándola luego a ¡ degustar su semen !
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Pues bien, al tipo capaz de dictar este fallo lo tenemos sentado -gracias al matrimonio Kirchner, por cierto- en el máximo tribunal de justicia del país, para que desde allí nos "enseñe" que es la Ley, la Justicia, o el Derecho.
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Que la ciudadanía haya consentido el ascenso de un tipo así, y la permanencia de jueces como los del caso Ochoa, me convence de que estamos, todos, muy enfermos.
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Hemos caído en la trampa dialéctica del hoy llamado "progresismo", según la cual, todos somos en parte culpables del mal que otros ciudadanos provocan, de lo cual se deriva que nadie tiene verdadera autoridad moral para juzgar y condenar a quienes delinquen. Las sentencias condenatorias deben dictarse, desde esta óptica, casi con culpa, como diciendo "todos somos responsables por el delito que cometió fulanito de tal, a quien la mamá le pegaba de chico y en verdad es también víctima", "todos somos violadores como Ochoa", "todos somos el portero Tiraboschi", etc, etc.
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Pues no. Frente a tanta estupidez, es necesario decir no. Que una persona haya sufrido privaciones, hambre, guerra, o lo que fuere, a lo sumo puede considerse -en el mejor de los casos- como un atenuante a la hora de condenarla por un delito que cometió, pero de ninguna forma puede ser utilizado como argumento para exculparla, o para -so pretexto de "garantizar" sus derechos- violar los derechos de su víctima, ni para poner en riesgo a la sociedad en su conjunto.
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En otras palabras, frente a la disyuntiva de "mortificar" al condenado Ochoa, o dejarlo libre para que pueda volver a violar, o pueda fugarse, siempre debe prevalecer -me parece- el interés general.
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En suma, reitero entonces que el problema de fondo pasa por la mentalidad "culposa" con que estos jueces (y también ese sector de la sociedad que se autodesigna "pensante", "progresista", "intelectual", y con "convicciones") miran la realidad, más preocupados en edificar un mundo irreal que se ajuste a sus dogmáticos preconceptos, que en tratar de conocer el mundo y la realidad tal cual son, para tratar -en todo caso- de intervenir positivamente en ellos.
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Iba a terminar diciendo que esta clase de jueces merecerían sufrir la violación de sus hijos para comprender lo aberrante de las sentencias que dictan, pero es demasiado fuerte, y sinceramente no lo deseo, porque sus hijos no tienen la culpa de que sus padres sean tan profundamente tarados.
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Lo que si me voy a permitir, es recomendar que relean la definición que Alejandro Rozitchner da sobre el "progresismo", pues si bien no se refiere exactamente a este tema de los "jueces garantistas", es muy útil para recordar como piensa esta gente, y cual es el contexto ideológico con el que hoy nos toca lidiar.
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Que tengan Uds. un buen día.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Haré difundir tus líneas, en las cuales estoy en un todo de acuerdo.
Seguí así.
Las victimas han "muerto en vida", Ochoa no merece más que eso.

Anónimo dijo...

Muy buen artículo Lineman.
Y si tal vez, pienso, es un tanto rebuscado pero en esta era K ya nada me sorprende, que lo hayan dejado libre para armar un poco de revuelo y llamar la atención de los medios mientras por otro lado se barría debajo de la alfombra algunas cositas? Digo, por las fechas de este caso y una valija y otras cuestiones...

saludos

Claude dijo...

El famoso caso de Zaffaroni que citás le hubiera valido el juicio político en cualquier país normal. Uno de sus argumentos (el de la luz apagada) fue explayado con esta sandez inconcebible: que entonces la nena no veía lo que hacía y eso impidió que se traumara.
En general, suele pasar que no se cumplen requisitos procesales y por eso muchos delincuentes no son condenados o son condenados de manera leve. No sé si es el caso parcitucular de este violador Ochoa.
Como sea, me parece que agilizar el Código Procesal no vendría mal.
El sentimiento culposo de los progresistas es totalmente cierto: tienen un complejo de culpa y lo hacen extensivo a toda la sociedad. Lo loco es que si se sienten así es obvio que tienen una falta de aptitud psicológica para ser jueces y absolver o condenar de manera objetiva y ajustada a derecho.

Anónimo dijo...

Sería tan lindo lineman, escucharlo condenar con tanta vehemencia a los crímenes, abusos y violaciones perpretados en el proceso.
Pero bueno, parece que, como Zaffaroni encuentra irritantes atenuantes, la tropa no garantista, también los encuentra para las aberraciones cometidas por la suya.
Qué dificil que es alinearse en la Argentina!
Yo, por lo pronto, seguiré solito, cuando se pongan de acuerdo en que hay una sola ley, me avisan.
Ni yankis ni marxistas,
ni radicales ni peronistas,
Ni mano dura, ni garantistas,
¡Onanistas!
Saludos

@PaloMedrano dijo...

Estimado "mensajero", en primer término le aclaro que nunca defendí los abusos (algunos de ellos evidentes, y terribles) cometidos por el proceso, por lo que francamente no entiendo su comentario.

Le recuerdo, de todos modos, que aquella violencia se dió en un contexto histórico bien distinto al de hoy, y en especial, que los abusos de marras (que por cierto los hubo) se dieron en un contexto de guerra civil (como explícitamente lo reconocían y declaraban por aquel entonces los propios combatientes de ERP, Montoneros y afines, aunque hoy sus "herederos" pretendan ponerlo en duda).

Aclarado lo anterior, detecto con preocupación que incurre Ud. en un vicio muy propio del argentino progre: En lugar de opinar concretamente sobre el tema en debate, trae a colación algo que no tiene nada que ver, a fin de "empatar" la discusión.

Ejemplo: Si alguien dice que De Vido es un chorro (lo cual por cierto es una obviedad a esta altura), el 'progresista medio' no intenta demostrar lo contrario. Simplemente dice "¿Y acaso Menem no robaba?"

Pregunto yo: ¡¿Que cornos tiene eso que ver?! ¡¿Acaso por el hecho de que Menem robara De Vido pasa a ser menos chorro?!

Si quiere debatir, debatimos, pero no me salga con paparruchadas. Sea serio, quiere?

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo conm el señor Palotes Medrano. Estos jueces son uno de los graves problemas del país. Pareciera que no tienen hijos ni padres ni familia ni nada.

Anónimo dijo...

Sr. Palotes Medrano
Me permití opinar luego de una larga meditación sobre la pertinencia de mi punto, y me decidió el hecho de que usted traía a colación el tema de la violación, para cargar contra Zaffaroni, los progresistas y el garantismo; ¡como si todo aquel que se siente progresista acuerda con éste fallo o con el proceder de éste juez!
Y traigo el tema del proceso no inocentemente, pero tampoco de modo descolgado, ya que es un tema con el que usted sí se permite hacer humor. Evidentemente, lo considera menos grave que ésta violación.
Habla de contexto histórico, reedita tacitamente la teoría de los dos demonios, dando por supuesto que los 30.000 o, si prefiere, los 7.000 y pico de personas desaparecidas (para utilizar datos oficiales) fueron guerrilleros ponebombas.
Le recuerdo o le informo que no fue así, había estudiantes, sindicalistas, empresarios...me siento ridículo explicandolo a ésta altura del partido.
¿Usted se imagina cuál hubiese sido el destino de la Argentina si hubiesen existido 7.000 personas armadas?
Está largamente probado que el grueso de las desaparciones comenzaron después que a la guerrilla se le había aniquilado su poder de fuego.
De algún modo, su nuevo comentario, me demuestra que la ley es igual para todos, pero que algunos somos más iguales que otros.
A mi, como a la enorme mayoría de los argentinos, o al menos de los porteños, no me simpatiza Kirchner, y me encantaría que su conyugue no me represente, pero ¡Dios! ¡Qué dificil es encontrar aliados! Y representantes, ni le cuento.
Le mando un saludo evangelizador

Anónimo dijo...

Ah, parece no haber quedado claro que me siento tan indignado como usted con este juez, así que por las dudas: JUICIO A ESTE JUEZ! y DE VIDO ES UN CHORRO!
Le cuento que no me siento ni progresista ni pro-gresista.
No creo en los modelos, creo en las personas.
Y respecto a la justicia, no conozco lo suficiente como para opinar sobre el garantismo, lo que sí le aseguro, que si tal cosa le ocurriese a un familiar mío, yo al violador lo mato, lo que no haría es pedir que lo mate el estado.
Hágase ahora un perfil más acabado.
Nuevos saludos.

@PaloMedrano dijo...

Vayamos por partes:
1. Lo primero que apunta es cierto. No todo el progresismo está a favor de Zaffaroni. Pero reconozcame que un buen porcentaje si lo está, y que el propio Zaffaroni ha declarado mil veces su filiación progresista.
2. Vuelvo a aclararle que no aplaudo ni me alegro por los abusos cometidos por los militares, ni tampoco hice humor con ese tema. Lo que hice en algún otro post, en todo caso, fue bromear con la actitud de las actuales autoridades, para las que pareciera no haber otros problemas más urgentes que ocuparse del pasado.
3. Finalmente, y dado que ambos estamos ¡al fin! de acuerdo en algo (que no nos gusta Kirchner) le sugiero que a partir de ahora intentemos precisamente eso: buscar los puntos de unión, y no los de división. Justamente esto es lo que necesita -me parece- el país para crecer, pues obviamente no es posible pretender que todo el mundo acuerde sobre todos y cada uno de los temas. En suma, que haya una izquierda y una derecha no está mal, siempre que ambas condenen por igual -y sólo por poner un ejemplo- a chorros como Kohan, Manzano, De Vido, o Uberti.

Anónimo dijo...

Estimado Lineman,
Le concedo que la izquierda, acuerda con Zaffaroni, me quejé porque usted empezó criticando al juez, pero acabó linkeando a Rozitchner que del juez no dice ni jota.
A mí no me gustan las categorías, entiendo que son necesarias por comodidad narrativa, de todos modos, en lugar de izquierdas y derechas, me gusta hablar de arriba y abajo. Es más real.
O sea, ¿quién sirve a quién?
Mis amigos "de izquierda", a la hora de negociar el servicio de un contratista independiente, se comportan "de derecha". O sea... Má que izquierda y derecha! Le pagás bien a tus empleados? Te hacés lavar los calzoncillos? Son esos los gestos en los que mostramos la hilacha y que nos definen.
La tolerancia está lejos de guiar la vida política en la argentina.
Y encima es un concepto lastimoso, porque un valor, una virtud, es la comprensión, tolerar es lo que nos queda cuando fracasamos.
Y los puntos de unión están ahí nomás y ¡tan lejos! Habría que abandonar los bandos y someterse a la virtud. Un gran amigo, burlonamente ante mi inocencia, me dijo una vez: Argentina es un país de bandas, y en sitios así, gobiernan los bandoleros.
Triste, pero contundente.
No se me deprima. Y dele duro al humor. El humor es universal y si se usa con maestría ¡vaya herramienta para la unión!
Un gran saludo.

Stella dijo...

Abrí los comentarios para dar mi humilde opinión, pero luego de leer el debate me llamo a silencio, pues está todo mas que bien dicho!
Y, en un lugar como el de los blogs, en donde tantas veces lei discusiones sin sentido y en donde solo se trata de denigrar la opinión del otro en vez de defender una idea, me gustaría q sepan que es un placer leerlos!

Claude dijo...

Apoyo al Lineman, totalmente. Como soy una persona re abierta, hace poco vino a comer a mi casa un ex ERP (40 y pico de años mayor que yo) y el demente en un momento se puso a alabar la guillotina diciendo que gracias a ella Francia era una democracia y que acá ellos (los guerrilleros) habían intentado hacer lo mismo: matar a todos.
Hubo guerra.

Anónimo dijo...

Personalmente me inclino tambien mas por la vision del Lineman, pero bueno, el intento que ambos hacen para buscar las coincidencias por sobre las diferencias, me parece super positivo, y rescato el respeto de ambos pata debatir.

Si el debate politico en Argentina fuera asi de civilizado, meparece que las cosas andarian bastnte mejor.

Sugerencia-pedido para "el mensajero": para cuando su blog??

Anónimo dijo...

Lineman... se puso serio.

Y eso me da miedo.

Anónimo dijo...

Sin embargo, a mi ya no me sorprende nuestros jueces, porque creo que ellos obran así porque son de la misma calaña de quienes juzgan; No veo el día que lleguemos junto a miles de personas, a abrazar simbólicamente el palacio de justicia, cada vez que estos indeseables den esos fallos tan insensatos que hasta un niño se sorprendería.

PD: Te invito al agasajo improvisado que me hicieron mis amigos cibernéticos/as, en el espacio de mis coment.. el 15, día de mi cumpleaños.

Anónimo dijo...

hABLANDO DE PROGRESISMO Y PROCESO, RECUERDEN QUE ZAFARONNI fUE JUEZ CON VIDELA. aSUMIÓ ESCRACHADO COMO EVASOR Y HOY ES UNO DE LOS JUECES, NO DIGAMOS YA DE LA SERVILLETA DE CORACH, SINO DEL PAPIER CUL DE MESSIE PINGUI, TRAIDOR, RASTRERO COBARDE COMO POCOS