De ahora en más, cuando sean abordados por dos delincuentes de 14 años, completamente alienados por el "paco" y munidos de pistolas calibre 45, bastará con que extraigan nuestra estampa sanadora de sus billeteras para que -en cuestión de segundos- los purretes huyan despavoridos, y renuncien para siempre al delito. Para mayor efectividad, sugerimos que al momento de exhibir la imagen a los malhechores, repitan la siguiente letanía:
"Oh, Guachito Gil,
tú que atravesaste con rostro pétreo los infiernos
de San Carlos Saul, San Eduardo, San Néstor, y Santa Cristina Elizabet,
ora con frenesí por estos pobres pecadores,
y repele toda sensación de inseguridad
que pudiera apoderarse de nuestras almas bolivarianas"
tú que atravesaste con rostro pétreo los infiernos
de San Carlos Saul, San Eduardo, San Néstor, y Santa Cristina Elizabet,
ora con frenesí por estos pobres pecadores,
y repele toda sensación de inseguridad
que pudiera apoderarse de nuestras almas bolivarianas"
Para los incrédulos que nunca faltan, ofrecemos a continuación el testimonio de un antiguo devoto del Guachito Gil, que ya ha probado con éxito las ventajas de nuestra estampa milagrosa:

"Fue mágico. Apenas paré con el auto, se me acercaron dos víctimas de la década del '90 para expresar su repudio hacia el neoliberalismo, pero al ver la imagen del Guachito Gil que traía en la guantera, se largaran a llorar y escaparon. Lo del coma cuatro es puro verso. Me interné para retocarme los pómulos, nada más".